Cardenales colombianos celebraron una Eucaristía por la paz de Colombia desde Roma
Roma, Plaza del Santo Oficio, 4 de mayo de 2025
En vísperas del Cónclave que elegirá al sucesor de Pedro, los cardenales colombianos Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, junto a los eméritos Rubén Salazar Gómez y Jorge Enrique Jiménez Carvajal, presidieron una solemne celebración eucarística por la paz y la reconciliación de Colombia. La celebración tuvo lugar en la Capilla de Santa Mónica, situada en la plaza del Santo Oficio, a pocos pasos de la Casa Santa Marta, donde reside temporalmente el Colegio Cardenalicio.
Durante la homilía, el cardenal Rueda, quien participará como elector en el próximo cónclave, dirigió una exhortación encarecida por la vida, denunciando con firmeza la violencia que continúa desgarrando a la nación colombiana. “En Colombia tenemos una serpiente que nos ha mordido fuertemente en nuestra historia: el narcotráfico y las economías ilegales, que han causado muerte, que han envenenado a muchos colombianos”, manifesto.
La Santa Misa fue ofrecida particularmente por los miembros de la fuerza pública y civiles que han sido víctimas del reciente rebrote de violencia, en el contexto del llamado “plan pistola”, que ya ha dejado al menos 27 uniformados asesinados en los últimos días. El cardenal imploró al Señor: “Que la vida sea respetada en Colombia, que sea una vida digna, que no sea pisoteada por las armas de la violencia, del terrorismo, que hoy enlutan a tantas familias”.
En un momento de especial sensibilidad pastoral, el purpurado se dirigió directamente a los jóvenes que han empuñado las armas y han causado sufrimiento en diversas regiones del país: “Yo quisiera hablarles a muchachos y muchachas de nuestro país, a nuestros paisanos que han tomado el camino de la violencia y han sembrado luto, tristeza y lágrimas. Les digo con el corazón en la mano: por favor, deténganse. A ustedes también podemos ofrecerles el amor que quizás les faltó en su infancia, en su hogar, en su comunidad. Ese vacío de amor puede ser sanado”.
Rueda Aparicio también denunció la presencia desbordada de armas en Colombia: “¿De dónde vienen todas estas armas? ¿Quién las fabrica? ¿Cómo llegan a nuestro país? ¿Por qué caen en manos de nuestros jóvenes, hombres y mujeres? Detrás de cada arma hay una economía de muerte que debemos desenmascarar”.
Y añadió con claridad evangélica: “El odio genera muerte, el amor genera vida”. YCitando al Papa Francisco, el cardenal insistió en que la solución al conflicto colombiano pasa por la valentía del diálogo sincero y la apertura al otro, incluso al que piensa distinto. “La sangre de un colombiano es sangre de todos, de una sola familia. Necesitamos desarmar el corazón, abrirnos al diálogo, escucharnos aunque pensemos diferente. Solo así podremos construir la unidad nacional que tanto anhelamos”. La Santa Misa finalizó con una oración especial por las familias enlutadas, por la conversión de los violentos y por los líderes de la nación, para que promuevan caminos de justicia, verdad y reconciliación.
