El reto de vivir el Adviento en medio del mundo comercial El sentido del pesebre, las novenas y las tradiciones navideñas

Por: Sem. Luis Francisco Salazar Cucaita, en síntesis, vocacional, parroquia Nuestra Señora de la Esperanza.
Cada año, las ciudades se llenan de luces, descuentos y campañas publicitarias que anuncian la Navidad antes de tiempo. La dinámica comercial adelanta las celebraciones, mientras que el calendario litúrgico recuerda que aún no es Navidad, sino Adviento: un período de espera, sobriedad y preparación interior.
El Papa Francisco señaló en repetidas ocasiones que esta anticipación puede vaciar de sentido el misterio cristiano. La Iglesia, por su parte, insiste en que el Adviento es un llamado a la reflexión y a la vigilancia, no a la prisa por decorar y consumir.
¿Cuándo armar el pesebre y el árbol? Entre la tradición y la costumbre actual
Aunque muchos hogares instalan decoraciones desde finales de noviembre, la tradición católica sugiere hacerlo al iniciar el Adviento, que este año comienza el 30 de noviembre. Sacerdotes dedicados a la liturgia coinciden en que el pesebre y el árbol deben preparar el ambiente espiritual del hogar, no adelantarse a él.
Algunas familias optan por el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, mientras que otras esperan hasta la semana previa a la Navidad. Sin embargo, un detalle permanece invariable: la imagen del Niño Jesús debe colocarse únicamente en la noche del 24 o en la mañana del 25 de diciembre.
EL PESEBRE
Una tradición con más de ocho siglos de historia
El Papa Francisco lo explica en su carta apostólica Admirabile Signum: “el pesebre es como un Evangelio vivo que brota de las páginas de la Sagrada Escritura”. Su instalación, afirma el Pontífice, ayuda a contemplar la cercanía de Dios y a educar en la fe a las nuevas generaciones.
El origen del pesebre como hoy lo conocemos se remonta a 1223, cuando san Francisco de Asís quiso representar el nacimiento de Jesús en Greccio, Italia. Desde entonces, esta tradición se expandió por toda la Iglesia, y en Colombia encontró un lugar privilegiado en la vida familiar.
El Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia (2002) subraya que preparar el pesebre, especialmente con niños, permite que la familia “entre en contacto con el misterio de la Navidad”.
Los elementos del pesebre también tienen una lectura simbólica:
• María y José, signos de fe y disponibilidad.
• Los pastores, los primeros testigos del anuncio.
• Los Reyes, buscadores de la verdad que representan a todos los pueblos.
• La estrella, guía en el camino hacia la luz.
• La humildad de la gruta o pesebrera, recordatorio del modo en que Dios entra en la historia: sin ruido y sin poder.
En palabras del Papa Francisco, “el pesebre manifiesta la ternura de Dios” y acerca el Evangelio a los hogares con un lenguaje sencillo y universal.
LA NAVIDAD
Una manifestación progresiva del Señor
La novena de aguinaldos es una de las expresiones religiosas más arraigadas en Colombia, especialmente en nuestra ciudad. Más que un rito heredado, se ha convertido en un punto de encuentro y oración para familias, barrios y comunidades que se reúnen alrededor del pesebre.
La Iglesia insiste en que la preparación navideña no debe convertirse en una carrera por decorar o comprar. En una homilía de Adviento, el Papa Francisco advirtió que la prisa de estos días termina “robándonos la paz” y dispersando la atención del verdadero sentido de la fiesta.
El árbol de Navidad también posee un significado pedagógico: evoca el árbol de la vida del Edén y el árbol de la cruz, y recuerda que Cristo es la luz que ilumina el mundo. Asimismo, la tradición sugiere que bajo el árbol haya siempre un espacio reservado para los pobres, como signo visible de caridad cristiana.
LA NAVIDAD
Una tradición viva que convoca a la comunidad
El tiempo de Navidad no se limita al 25 de diciembre. La liturgia contempla varios momentos en los que Cristo se manifiesta:
- Su nacimiento en Belén,
- La adoración de los Magos,
- Su bautismo en el Jordán,
- Y el signo de Caná.
La recomendación litúrgica, en medio de tantas tradiciones es elaborar el pesebre en los hogares, ambientes de trabajo y en lo posible bendecir las imágenes que se colocan en él.
En un contexto que adelanta la Navidad por intereses comerciales, los cristianos estamos llamados a preservar la profundidad espiritual del Adviento y a vivir la Navidad con autenticidad. El pesebre, las novenas y las tradiciones populares continúan siendo herramientas privilegiadas para redescubrir el corazón del misterio cristiano: el Dios que se hace niño y que pide ser acogido en la sencillez del hogar.