Periodico La Verdad

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El año del león: celebrando el domingo con San Marcos

Un calendario no es un sim­ple conjunto de números y palabras, es un intento para medir el movimiento de la tierra alrededor del sol, los científicos han puesto mucha atención desde hace bastantes siglos, con diferen­tes instrumentos, para analizar y precisar esta realidad que influye en nuestra vida personal, social y religiosa.

En nuestra vida personal va indi­cando el progreso de la vida, desde que nacemos hasta que muere, va­mos haciendo la cuenta de nuestra existencia; un año, podríamos de­cir, simboliza el desarrollo de una vida, cuando celebramos nuestro cumpleaños tenemos que ir pen­sando que vamos madurando y haciéndonos mejores personas.

En la sociedad, un calendario ayu­da a orientar la economía, la edu­cación, los festejos, los planes de la política. El calendario gregoria­no (llamado así por el papa Gre­gorio XIII – 1582), que inicia el 1 de enero, es una referencia básica para la mayor parte de la humani­dad, eso nos facilita orientarnos, relacionarnos y comunicarnos en un mismo idioma.

También las religiones tienen su calendario de celebraciones, espe­cíficamente los cristianos católi­cos manejamos nuestro calendario litúrgico en el que tenemos como referencia esencial el misterio de la vida de Nuestro Señor Jesu­cristo y vamos meditando poco a poco, desde la infancia, pasando por la vida pública, hasta la Muer­te y Resurrección del Salvador, esperando con anhelo su retorno como Rey Universal.

Unas aclaraciones importantes:

Algunas particularidades de nuestro calendario son las si­guientes:

  • El centro de nuestras celebracio­nes es Jesucristo, Hijo de Dios, hecho hombre por obra y gracia del Espíritu Santo.
  • Nuestro año de celebraciones inicia entre finales de noviembre y comienzos de diciembre (aten­ción: no coincide con el calen­dario civil).
  • El día principal para los cristia­nos católicos es el domingo, Día del Señor; es el primer día con el que se abre la semana.
  • Así como el año civil tiene doce meses, el Año Litúrgico está conformado por cinco tiempos (o momentos) en los que pres­tamos atención a un aspecto es­pecial de la obra de la salvación realizada por el Salvador, dichos tiempos son los siguientes: Ad­viento, Navidad, Cuaresma, Pascua, Tiempo Ordinario.
  • Un aspecto que también hay que tener presente es que los católi­cos tenemos un especial orden para orar, escuchar, contemplar a Jesús; nosotros nunca agota­remos la riqueza de la persona amada del Salvador, si cada per­sona es un tesoro, Jesucristo es el tesoro de los tesoros, una mina inagotable de gracia, felicidad, amor y liberación. Los maestros de la liturgia han distribuido en 3 ciclos el conjunto de las cele­braciones, se llaman los años A, B, C, cada uno sostenido en un evangelista, Mateo (A), Marcos (B), Lucas (C), y ¿qué pasa con Juan?, a él lo escuchamos siem­pre dentro del año en momentos diferentes.

San Marcos y el León Ya había mencionado que debe­mos prestar atención al ciclo par­ticular bajo el que se pone cada año litúrgico; el presente año que inició el 3 de diciembre de 2023 (1er Domingo de Adviento) y va hasta el sábado 30 de noviembre de 2024 (Después del domingo de Cristo Rey), es el Año B y nos pone bajo el patrocinio y la mira­da del evangelista san Marcos, a quien se le simboliza con el león (Cfr. Apocalipsis 4, 7): “El símbolo de San Marcos es el león, al que se le han añadido alas, representando elevación espiritual. La figura del León parece ser una alusión a la forma como Marcos empieza la narración de su Evangelio. En pri­mer lugar, el relato nos presenta a Juan el Bautista, “la voz que grita en el desierto”, expresión que evo­ca el rugido del león, animal que habita el lugar donde acontecen los hechos. En segundo lugar, el desierto aludido, que rodea al Jor­dán, es lugar en el que abundan las bestias y cuyo señor es el león. El desierto, en general, compone el paisaje de fondo que rodea la vida y dichos de Jesús en su paso por la tierra” (https://elcatolicismo.com. co/iglesia-hoy/mundo/san-mar­cos-evangelista-al-que-llaman-el-leon-alado).

El 14 de febrero celebraremos el Miércoles de Ceniza, inaugurando el Tiempo de la Cuaresma. En el ciclo B, será san Marcos quien nos ayude a prepararnos para celebrar la Pascua del Salvador, también nos acompañará san Juan. El ob­jetivo central de los evangelistas es ayudar a los creyentes a ser dis­cípulos misioneros de Jesucristo.

Cada Domingo de Cuaresma nos aportará un impulso para seguir e imitar al Señor en nuestro diario vivir, aprovechemos el siguiente esquema:

CUARESMAEVANGELIOINVITACIÓN
  Domingo I Febrero 18  San Marcos 1, 12-15 Las Tentaciones de Jesús  Los discípulos tenemos que afrontar y vencer los engaños del demonio que pretenden separarnos del camino de la vida verdadera que Jesús nos propone. El discípulo renuncia al mal, vence la tentación y se deja guiar por el Espíritu Santo.  
   Domingo II Febrero 25  San Marcos 9, 2-10 La Transfiguración del Señor  Tenemos que ser perseverantes en la oración, por medio de ella la Luz de Dios nos ayudará a comprender mejor las diferentes situaciones de la vida, particularmente las más difíciles. El discípulo persevera en oración constante ante Dios.  
  Domingo III Marzo 3  San Juan 2, 13-25 Purificación del Templo  Jesús nos quiere purificar la vida de todo aquello que oculta la bella obra que el Padre Dios ha impreso en nuestra vida, pero que se oculta y opaca por el pecado y el mal. El discípulo se deja purificar el corazón de toda mancha de pecado.  
  Domingo IV Marzo 10  San Juan 3, 14-21 Revelación del plan de Dios  El Plan de Dios sólo pretende nuestra salvación, liberación y felicidad. Debemos convencernos de un mensaje esencial: “Dios nos ama”. El discípulo cree, vive y anuncia el amor infinito de Dios.  
  Domingo V Marzo 17  San Juan 12, 20-33 El grano que muere y da fruto  Dar la vida por los demás es lo central de la vida y la Palabra de Dios; Jesús nos da ejemplo de donación, poniendo en el centro la voluntad del Padre Dios y nuestra salvación. El discípulo entrega su vida a Dios y nunca la pierde.  
  Domingo de Ramos en la Pasión del Señor Marzo 24  San Marcos 11, 1-10 Entrada triunfal del Señor en Jerusalén   San Marcos 15, 1-39 La Pasión del Señor  La obra de la redención de Jesús llega a su culmen con su misión en Jerusalén; Él murió y resucitó para hacer realidad un mundo nuevo, estamos invitados a decir: “Yo creo que Jesús es el Hijo de Dios”. El discípulo se sostiene por la fe en Jesucristo.